La sospecha de que el perro o el gato padece una enfermedad tumoral suele surgir a raíz de que el dueño encuentre un bulto en alguna parte del cuerpo del animal.
En ocasiones, el diagnóstico se realiza después de que el animal haya mostrado síntomas difusos, como pérdida de peso, o porque ha empezado a empeorar la función de un órgano afectado por el tumor.
En los perros y los gatos, las enfermedades tumorales se diagnostican con métodos como son la biopsia (muestra de tejido), la citología (muestra celular), la radiografía, la ecografía, la resonancia magnética, el TAC y la endoscopia.
En función del tipo de tumor, así como de la edad y del estado de salud general del animal, se requieren tratamientos diferentes. En muchos casos, basta con extirpar quirúrgicamente el bulto, pero en otro casos son necesarios más tratamientos, como la quimioterapia o la radioterapia.
En los hospitales de AniCura contamos con veterinarios especializados en oncología.