La natación ofrece múltiples beneficios, ya que se trata de un entrenamiento muscular y de movilidad muy eficaz, que ejerce una carga mínima sobre el esqueleto y las articulaciones. Practicarla fortalece la musculatura que rodea las articulaciones, proporcionando así un mejor apoyo. Asimismo, es una forma excelente de entrenamiento cardiovascular y de fuerza.
Trabajan prácticamente todos los grupos musculares contrayéndose y estirándose con movimientos suaves y uniformes, de modo que aumentan la circulación y la masa muscular.
Otra función importante de la natación es que permite a un perro o un gato con lesiones neurológicas empezar a utilizar las extremidades poco a poco. El movimiento de nadar se asemeja al del trote, por lo que es adecuado para enseñarle al animal a volver a andar.
Para un perro activo que se ha lesionado y no puede moverse como antes, la natación puede ser su salvación, sobre todo para su salud mental.
En las patologías crónicas, el entrenamiento acuático puede ayudar al perro a descubrir que se atreve a utilizar la parte del cuerpo afectada.
Dado que la natación es una forma de entrenamiento suave, puede ser idónea para los perros o gatos con sobrepeso. Las articulaciones se someten a una carga mínima y suele acelerarse el adelgazamiento.
La natación en piscina puede ser preferible a la cinta caminadora acuática porque descarga mejor el esqueleto y las articulaciones.
En conclusión, la natación es una actividad física muy versátil apta para todos.