Gastroscopia

La gastroscopia es la inspección interna del esófago, el estómago y, en su caso, el duodeno, mediante un instrumento especial, flexible y suave, llamado endoscopio de fibra óptica, que cuenta en su extremo delantero con una lente y una fuente de luz.

Antes de la gastroscopia

Para poder efectuar la gastroscopia se requiere que el estómago del perro o gato se encuentre vacío. Son necesarios ciertos preparativos especiales, el veterinario a cargo le facilitará todas las instrucciones.

¿Cuándo se realiza una gastroscopia?

Uno de los motivos habituales para llevar a cabo una gastroscopia es cuando el gato o el perro presentan síntomas de problemas estomacales, como indisposición general, vómitos, dificultades para tragar o una pérdida de peso sin causa aparente. A veces, puede emplearse el endoscopio de fibra óptica para extraer del estómago objetos extraños que el animal haya podido tragarse (bolas, piedras, trozos de tela, etc.).

Examen

Para poder realizar esta exploración es necesario aplicar anestesia general al animal.

El veterinario inspeccionará el estómago manejando el instrumento al tiempo que estudia las imágenes de la pantalla. Durante este examen se tomarán fotos del tejido. Estas capturas suelen guardarse para su posterior uso en el seguimiento de los resultados en caso de repetirse la exploración. Normalmente, se sondea de manera simultánea el estómago y el intestino grueso, lo que se conoce como gastrocolonoscopia.

El examen suele durar entre un cuarto de hora y una hora.

Toma de muestras

Para poder evaluar la mucosa gastrointestinal se suelen tomar muestras de tejido (biopsias) de varios puntos del estómago y el duodeno. Se introducirá un delgado alambre con ayuda de unas tenazas a través de un conducto del endoscopio, lo que permite extraer pequeños pedazos de la mucosa intestinal. Las biopsias serán enviadas para su análisis en el microscopio.

Cuidados posteriores

Tras el examen es posible que el estómago se hinche y tense ligeramente, provocando unos leves retortijones. Finalizado el estudio, se extraerá la mayor cantidad de aire posible. Si, pese a todo, queda aire, esa sensación desagradable desaparecerá con relativa rapidez.

Por lo general, la mascota podrá regresarse a casa ese mismo día, una vez que el animal se haya despertado por completo de la anestesia.

Inducción al vómito

Acude al veterinario inmediatamente si has observado al perro o al gato tragándose algún objeto o sustancia inadecuados. En muchas ocasiones podrá inducírsele el vómito antes de que el objeto o sustancia llegue al tracto intestinal.

Varias de nuestras unidades están capacitadas para administrar vomitivos inyectables a animales por lo demás perfectamente sanos. Si te consta que no han transcurrido más de dos o tres horas desde que el perro o gato ingirió un elemento inapropiado, puede valer la pena tratar de hacer vomitar al animal. La mascota no ha de evidenciar ningún síntoma de intoxicación y estar por lo demás sano, ya que el vómito puede ser intenso y suponer una carga, entre otros, para el corazón. No todos los objetos se adecuan para la inducción del vómito. Por ejemplo, este será menos aconsejable si el animal se ha tragado algo afilado.

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