Si hay un diente fracturado en el que la pulpa ha quedado al descubierto o una pieza que muestra reabsorción dental (FORL por sus siglas en inglés), puede ser necesario proceder a su extracción a fin de evitar molestias continuas.
La extracción también puede requerirse si el perro o el gato sufre periodontitis avanzada. La extracción se lleva a cabo bajo anestesia general. Puede realizarse al mismo tiempo que otro tratamiento, como eliminar el sarro y pulir, y va precedida de un examen exhaustivo de la boca y los dientes.
Antes de decidir realizar una extracción, y para comprobar que se ha extraído el diente entero con sus raíces, se realizan radiografías específicas. En ocasiones, se concierta una nueva visita para realizar la extracción.
El perro o el gato recibe el alta el mismo día de la intervención. Los cuidados posteriores incluyen la toma de analgésicos, la limpieza bucal con agentes bactericidas y una dieta blanda/húmeda.