El examen de taras oculares lo realiza un veterinario oftalmólogo con una formación y un título específicos que lo habilitan para evaluar enfermedades oculares hereditarias en perros y gatos.
Cada raza tiene sus propias recomendaciones en relación con este examen, por lo que se aconseja contactar con el club de la raza en cuestión para obtener más información.
Antes del examen de taras oculares
El día del examen, se debe llevar la carta genealógica o pedigrí. Si el perro ya se ha sometido a un examen de taras oculares en el pasado, es conveniente llevar también el certificado obtenido entonces.
El dueño debe firmar un certificado en el que previamente se rellenan sus datos y los del perro. Al firmarlo, el dueño acepta que el resultado del examen se haga público. Para que este resultado sea válido, el animal debe llevar un chip de chip de identificación.
¿Cómo se realiza el examen?
Antes de empezar, se administran unas gotas para dilatar las pupilas, de modo que se pueda examinar el fondo del ojo. Las pupilas tardan unos 20 minutos en dilatarse y dos horas o más en recuperar su tamaño normal. Las gotas no resultan molestas para el perro, pero el ojo será muy sensible a la luz cuando las pupilas estén dilatadas, de ahí que sea conveniente no exponer al perro a una luz solar intensa ni a una iluminación fuerte durante un par de horas después del examen.
La exploración se lleva a cabo en una sala a oscuras. El veterinario examina el fondo del ojo, el cristalino, la córnea y los párpados con diferentes instrumentos. El procedimiento no es doloroso y suele ser rápido.
Una vez concluido el examen, el veterinario rellena el certificado y comunica si el animal tiene o no enfermedades hereditarias; en caso de que haya alguna alteración, indicará si se considera hereditaria.
En algunos casos no es posible formular un diagnóstico el día del examen, sino que es necesario realizar más exámenes después de un período señalado por el veterinario.