Si se rompe un diente dejando la pulpa descubierta, no solo resulta doloroso para el perro o el gato, sino que además existe un gran riesgo de que el diente y la raíz sufran una infección bacteriana.
Las fracturas dentales se tratan extrayendo el diente o practicando una endodoncia. Los pequeños dientes incisivos se suelen extraer, mientras que los caninos y las muelas, que son más grandes, pueden requerir una endodoncia. Los dientes endodonciados deben revisarse anualmente, puesto que podrían aparecer abscesos.
Ten en cuenta que el animal no puede comunicarte que le duele un diente constantemente por lo que su pérdida de apetito, o cambios en su rutina y comportamientos podrían ser indicadores de que sufre una molestia o dolor en la boca.