La estimulación eléctrica es una modalidad terapéutica ampliamente utilizada en fisioterapia, tanto humana como veterinaria. Tiene aplicaciones diversas entre las que se incluyen incrementar la fuerza muscular, incrementar el rango de movimiento articular, disminuir el dolor, reducir el edema o mejorar la administración tópica de medicación.
El comienzo de la electroterapia se remonta a la civilización egipcia, pero ha sufrido una importante evolución hasta llegar a la modalidad terapéutica que conocemos actualmente.
Dentro de esta modalidad terapéutica se distinguen diferentes tipos de electroestimulación, los más utilizados son los TENS y los NMES. La función de los TENS es disminuir la inflamación y aportar analgesia al paciente. Los NMES se utilizan para evocar contracciones musculares, con lo que se aumenta la masa muscular y se previene la atrofia en pacientes que no pueden moverse correctamente.
Otra de las aplicaciones de la electroterapia es la iontoforesis. Esta técnica consiste en administrar un fármaco de forma tópica y aplicar sobre él una corriente eléctrica, aumentando la absorción y favoreciendo que llegue a tejidos más profundos como las articulaciones.
Durante las sesiones de fisioterapia el profesional cualificado pautará la técnica de electroterapia más adecuada en cada caso. Además, esta modalidad es fácil de utilizar, por lo que puede utilizarse en casa siempre bajo la indicación del veterinario.