Se trata de un procedimiento rápido, poco invasivo y que reduce los efectos tóxicos de la quimioterapia debido a su precisión. Este método elimina la resistencia de algunos tumores a este fármaco mediante el uso de un campo eléctrico determinado, que consigue hacer porosa la célula (electroporación) para que la quimioterapia que se aplique, bien por vía intravenosa o por vía intralesional, consiga penetrar en la misma y así lograr que mueran las células tumorales.
Esta terapia está indicada para tumores superficiales de cabeza y cuello, tumores orales en estadios tempranos o sarcomas de tejidos blandos, aplicándose en el lecho quirúrgico para disminuir la posibilidad de reaparición en cirugías que no permiten un amplio margen quirúrgico. Estos tumores no son sensibles a la quimioterapia convencional, y la máquina ejerce un impulso eléctrico en estas células tumorales, lo que las hace permeables a un tipo de quimioterapia intravenosa, haciéndolas sensibles a dicho fármaco y experimentando remisiones parciales o completas en un número bajo de sesiones.