En la torsión gástrica se fermenta el contenido del estómago, ocasionando una notable hinchazón en el perro. También pueden aplastarse vasos sanguíneos, reduciendo tanto el riego local del estómago como el de toda la parte delantera del cuerpo.
Síntomas
Los síntomas más habituales son la inflamación del abdomen y los intentos infructuosos del animal por vomitar.
El dolor abdominal puede detectarse si al perro le cuesta tenderse y dirige su mirada hacia el vientre, muestra signos de ansiedad y resopla con la lengua fuera. Los síntomas suelen desarrollarse rápidamente acompañados de un drástico deterioro del estado general.
Los canes de gran tamaño y con un pecho profundo son más propensos a la torsión gástrica, probablemente como consecuencia de su constitución, que habilita una mayor movilidad del estómago dentro del abdomen.
La ingesta apresurada de una gran cantidad de comida y bebida se considera como un factor de riesgo.
Diagnóstico
Por lo general, el veterinario sospechará que el animal sufre una torsión gástrica simplemente observando los síntomas agudos. Para confirmarlo se efectúa casi siempre una radiografía de la cavidad abdominal.
Tratamiento
El tratamiento de urgencia se centra en el restablecimiento de la circulación mediante la administración intravenosa de líquido y en el suministro de analgésicos. Una vez estabilizado, deberá operarse rápidamente al perro para recolocar el estómago.
La cirugía ha de ejecutarse lo antes posible para aliviar la presión en el estómago y los vasos sanguíneos. De hecho, suele intervenirse en el lapso de una o pocas horas tras la llegada a la clínica u hospital veterinario. La intervención se lleva a cabo bajo anestesia general, el veterinario practicará un corte en el abdomen con el fin de acceder al área específica. En la operación se introduce una sonda en el estómago, a través del esófago, para vaciarlo de gases, líquido y comida sólida. Luego, el estómago se coloca y se cose a la pared del abdomen para evitar recaídas.
Complicaciones
Existen varias posibles complicaciones que pueden afectar el pronóstico en caso de torsión gástrica.
Arritmias cardíacas
La reducción de la circulación y el cuadro de choque generado pueden incidir sobre el corazón, ocasionando un ritmo cardíaco anómalo en el perro. La frecuencia del corazón suele monitorizarse de forma constante durante y después de la cirugía, si es necesario, la arritmia se puede tratar con fármacos.
Daños en el tejido estomacal
La eventual interrupción del riego sanguíneo en zonas del estómago puede dañar de tal manera ciertas áreas de este que haga necesaria su extirpación.
En casos excepcionales, la destrucción del tejido se extiende tanto que resulta imposible salvar la vida del animal.
Lesiones en el bazo
Al estar ubicado cerca del estómago, cuando este gira, el bazo también lo hace. A veces pueden resultar dañados los vasos sanguíneos del bazo, produciendo fuertes hemorragias que obligan a extirpar también dicho órgano.
Fallecimiento
Algunos perros resultan muy afectados por la disminución de la circulación sanguínea y entran en un estado de choque tan severo que su vida no puede ser salvada.
La mortalidad en los casos de torsión gástrica se sitúa entre el 5 y el 15%.
También puede ocurrir que el estado del animal se encuentre tan deteriorado al llegar a la clínica u hospital que el veterinario le considere incapaz de superar la cirugía.
Como ya se ha mencionado, la torsión gástrica es una patología muy aguda y potencialmente letal. Si se sospecha que el perro puede sufrirla, es fundamental contactar urgentemente con el veterinario.
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