Causas
Las fracturas dentales se producen por daños sobre los dientes ocasionados por objetos duros. Pueden surgir en juegos o peleas, o también cuando el perro trata de masticar piedras o huesos.
Proceso
El diente se compone de esmalte, hueso dental (dentina) y un conducto radicular que contiene pulpa (nervios y vasos). El nervio se inflama en su exposición a bacterias y saliva, lo cual ocasiona dolor dental y sensación de dentera. La raíz no puede hincharse por su encapsulamiento dentro del diente, lo que impide su dilatación. Sin embargo, la presión aumenta y se frena la circulación sanguínea, constituyendo un proceso doloroso para el perro.
Al morir el nervio, normalmente remitirá el dolor. En el canal radicular que aloja al nervio muerto se forma un entorno propicio para las bacterias. Es este ataque bacteriano el que genera el mal olor que desprende la boca del animal. Las bacterias pueden propagarse por la punta de la raíz y causar un absceso aquí ("periapical").
¿Qué puedes hacer por tu cuenta?
Intenta asegurarte de que el animal no juegue con objetos duros. A ser posible, evita los huesos de buey, ya que el perro puede tratar de romperlos con los dientes y, a veces, son estos los que se fracturan en lugar del hueso.
Debe examinarse periódicamente la dentadura del perro. El cuidador puede inspeccionar los dientes por su cuenta, pero, si se prefiere, el veterinario podrá asistirle con esta labor. Los perros no suelen manifestar el dolor como los humanos. En ocasiones, el propietario no advierte que el perro se muestra más alegre y vivo hasta que no se le practica el tratamiento odontológico.
Tratamiento
No es apropiado dejar sin tratar un diente roto. Los dientes fracturados con lesión de raíz deben ser extraídos o sometidos a una endodoncia. Las fracturas dentales simples (sin nervio afectado) deben tratarse mediante la reparación con material compuesto de la estructura dañada.