Origen
El british shorthair tiene su origen en Gran Bretaña en la década de los 80 del siglo XIX a partir de gatos procedentes de Egipto que llegaron cuando los romanos invadieron la isla. La raza, denominada entonces «british blue», se desarrolló a partir de gatos domésticos de un color azul (es decir, gris) clásico. El british blue se convirtió rápidamente en una mascota muy popular, en parte debido a las exposiciones por todo el país en el cambio de siglo. Entre 1914 y 1918 se añadieron gatos persas al programa de cría.
Sin embargo, su cría entró en declive durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y en los años 50 del siglo XX solo quedaba un escaso número de ejemplares. La raza repuntó mediante el cruce con gatos de pelo corto domésticos, russian blue, gatos persas y otros gatos.
Aparentemente, el british shorthair y el european shorthair compartían características, pero a principios de la década de los 80 del siglo XX, la Asociación Internacional del Gato (TICA, por sus siglas en inglés) decidió reconocerlos como dos variedades diferentes.
Carácter
El british shorthair es una raza tranquila y taciturna de gatos elegantes, amigables y afables. Se les ha descrito en ocasiones como animales de compañía poco exigentes, callados y con un nivel de actividad moderado. No son excesivamente afectuosos, pero les gusta la compañía y se llevan bien con la mayoría de las personas y con otras mascotas. No son gatos saltarines o nerviosos; son un miembro de la familia apacible y afable que mantiene la calma ante cualquier circunstancia.
Sin ser gatos excesivamente activos, tienen sus momentos en los que corren con locura actuando como cachorros. No les gusta que se les porte en brazos, prefiriendo mantener toda su dignidad con las patas pegadas al suelo.
Aspecto, tamaño y peso
El british shorthair es un gato de tamaño mediano a grande, con un cuerpo poderoso y compacto. Sus patas y su cola son cortas y fuertes; sus garras, firmes; y el extremo de la cola, redondeado. Tiene aspecto de peluche tierno, con un pelaje grueso y corto, cabeza y mejillas redondas y grandes, así como grandes ojos redondos y nariz corta.
Al tratarse de una raza grande y pesada, los british shorthair alcanzan la madurez entre los 3 y los 5 años. Los adultos macho pesan de 5 a 7 kilos mientras que las hembras adultas están entre los 3 y los 5 kilos.
Color
El pelaje de este gato puede ser de cualquier color y con todo tipo de patrones, no solo gris (azulado) como era originalmente. Pueden ser de color negro, blanco, crema, chocolate, rojizo, canela, leonado, lila, moteado, atigrado o carey. Los ojos dependen del color del pelaje, pudiendo ser azules, verdes, dorados o cobrizos.
Cuidado del pelaje
El pelaje del gato es corto, muy denso y afelpado, de cuidado fácil, que requiere tan solo un par de cepillados o peinados semanales. Si el gato es de exteriores, el cepillado deberá ser más frecuente durante la primavera, cuando se deshace del pelaje de invierno.
Particularidades de esta raza
El british shorthair tiene en común con las personas de esa nacionalidad sus cuidadas maneras y su dignidad. Son gatos inteligentes y por su comportamiento no suele provocar daños ni suele hacer trastadas. A pesar de que hay excepciones, a la mayoría de los shorthair no les gusta estar en el regazo. Sin embargo, sí les gusta estar tumbados a tu lado o cerca de ti en el sofá si les dejas. Las hembras suelen ser más serenas y tener un comportamiento más serio que los machos, mucho más afables.
Enfermedades hereditarias
El british shorthair cuenta, por lo general, con una buena salud pero es susceptible a padecer cardiomiopatía hipertrófica (MCH), la enfermedad cardíaca más frecuente en los gatos; y hemofilia B, una dolencia sanguínea hereditaria. Solicítale al criador un certificado escrito de la salud del gato y nunca adquieras animales de criadores poco fiables.
Debido a que en el pasado se cruzaron con gatos persas, existe una pequeña posibilidad de que padezca la enfermedad poliquística renal. Esta enfermedad causa problemas en los riñones debido a los quistes llenos de líquidos que se van desarrollando de manera progresiva. Es posible realizar una prueba genética por lo que merece la pena preguntarle al criador por el estado del gato: los criadores de confianza sabrán cuál es.
Alimentación
Como con muchas otras razas, el problema de salud más común es la obesidad. Es más habitual si tu gato ya es adulto y pasa mucho tiempo en cama o en el sofá. A los british shorthair les encanta estar en reposo. Aliméntalo con comida que cuente con el visto bueno del veterinario y que tenga todos los nutrientes que el gato necesite, manteniéndolo activo jugando con él.