Meter a un gatito nuevo en casa es un proceso delicado que requiere una serie de pasos para garantizar que sale bien, especialmente si en la casa ya vive una mascota, tanto un perro como un gato.
¿Tu distracción favorita es ver vídeos en YouTube de gatitos y perros interactuando y dándose cariño? No eres el único. No obstante, para conseguir esa relación tan estrecha, necesitan en cierto modo la ayuda de su cuidador. Lo mismo ocurre con otro gato. Aunque conocerás muchas historias de gatos que se han llevado bien desde el principio, esto no es lo más frecuente. Los gatos son territoriales y aunque pueden compartir comida y recursos (siempre que sean suficientes), compartir una vivienda puede suponer un nivel de estrés muy alto y la no aceptación del otro individuo, que termine derivando en agresiones y en una convivencia intolerable para gatos y humanos.
En general, los estudios han demostrado que las relaciones más exitosas entre gatos y otros gatos o perros se dan cuando el gato tiene menos de seis meses y el perro o gato menos de un año. Sin embargo, si metes un gatito en casa, la mayoría de los perros o gatos aprenderán a aceptarlo.
Uno de los factores principales para que la presentación sea un éxito es asegurarse de que la mascota actual siga recibiendo mucha atención y cariño: tiempo adicional de juego, caricias y sesiones de adiestramiento individuales.
Atención a la salud del gato nuevo
En primer lugar hay que tener en cuenta la situación higiénico-sanitaria del gato que entra. Siempre que se adopta un gato nuevo es recomendable chequear su estado inmunitario (hacer un análisis de virus felinos), así como su estado de vacunaciones y desparasitaciones y su estado general, ya que puede vehiculizar agentes infecciosos a nuestros animales que ya viven en casa. Una visita al veterinario en las primeras etapas de vida y un período en casa separado del otro gato o perro (lo que siempre se ha llamado “cuarentena”) para poder detectar la aparición de síntomas pueden ser suficientes. Además, la cuarentena nos va a ayudar a que todos los animales se adapten mejor.
Dale tiempo de adaptación al gatito
Asegúrate de ofrecer al gatito un entorno seguro en el que pueda conocerte primero. Este espacio debería estar equipado de una cama, un arenero, juguetes, comida y agua. No olvides los escondites y un lugar acogedor con cierta altura, como una manta en la parte superior de un estante o un árbol rascador. Escoge este lugar estratégicamente para que no invada el espacio favorito de tu mascota actual. Es preferible que este espacio siga estando bajo el dominio del gatito incluso después de la presentación. Si también piensas poner bebederos y escondites en otras partes de la casa, hazlo de forma gradual. De este modo, los cambios para la mascota actual no serán tan bruscos.
Intercambio de olores
Cuando el gatito esté adaptado, es hora de llevar a cabo la presentación. Comienza por colocar a las mascotas en diferentes habitaciones para que vayan acostumbrándose a sus olores. Intercambia las mantas de las mascotas y, si es posible, ponles de comer a ambos lados de una puerta. También puedes dejar que las mascotas exploren el espacio del otro (siempre y cuando no estén juntos).
Tómate el tiempo necesario en la presentación
Cuando llegue el momento del primer contacto visual, asegúrate de que ninguno de los dos esté encerrado. Los gatos deben ser capaces de retirarse a un escondite cercano y el perro debe llevar puesto un arnés bien ajustado al cuerpo enganchado a una correa suelta. Asegúrate de que exista una barrera entre ellos, como una puerta para bebés parcialmente cubierta con una sábana o toalla.
De esta manera, pueden verse sin llegar a un contacto físico. Haz de la presentación una experiencia positiva involucrando a ambas mascotas en una actividad tranquila y agradable como jugar contigo o usar un comedero rompecabezas.
Debes prepararte para sacar al perro de la habitación si se excita demasiado. Repite la experiencia hasta que ambos puedan relajarse en compañía del otro. Asegúrate de recompensar su buena conducta con elogios, caricias y premios.
Hora de dejar salir al gato de la caja
Cuando tus mascotas se sientan cómodas estando juntas, es hora de que surja un contacto real. Esto solo debe ocurrir cuando se tenga la certeza de que no se producirán reacciones negativas. Asegúrate de que la interacción se realiza bajo la supervisión de, preferiblemente, dos personas. Emplea distracciones positivas y recompensas de forma abundante y frecuente.
Mantén atado al perro hasta que tengas la seguridad de que no perseguirá al gato. Utiliza juguetes y premios para mantener la distancia entre ellos en lugar de agarrarlos para separarlos. Presta atención a cualquier señal de tensión, como movimientos de cola, gruñidos o bufidos. El objetivo es tener un encuentro tranquilo y relajado.
Practica sesiones cortas y prolóngalas de forma gradual. Prueba a soltar la correa para permitir una mayor interacción entre ambos.
Antes de que te des cuenta se habrán convertido en mejores amigos, o al menos serán capaces de convivir.