La cirugía de mínima invasión ya es una realidad veterinaria y es una buena alternativa a la cirugía tradicional puesto que presenta numerosas ventajas, una de las más destacadas es que la cirugía se puede abordar con pequeñas incisiones (de una a tres son suficientes) en lugar de una incisión muy larga. Esto reduce considerablemente las molestias del paciente, además de que el riesgo de infección se ve notablemente disminuido. Otro aspecto positivo que hay que resaltar es la rápida recuperación del animal y la comodidad del tratamiento postoperatorio para los propietarios.