Este tipo de técnicas permiten reducir el dolor, el sangrado, la inflamación, y el tiempo de cirugía significativamente respecto a la cirugía tradicional. Así como una recuperación más rápida en la mayoría de las ocasiones. Todo esto repercute en el bienestar de los pacientes que han tenido que someterse a una cirugía mínimamente invasiva.
Para ello contamos con videoendoscopios y material de múltiples calibres y longitudes, tanto flexibles como rígidos para adaptarnos a todos los tamaños de paciente.
Estas técnicas a su vez se ven reforzadas y complementadas mediante el uso de fluoroscopia, ecografía o TC.
Entre las cirugías más frecuentes que se realizan por abordajes mínimamente invasivos está la esterilización de hembras (ovariectomía laparoscópica) y machos criptórquidos o las gastropexias laparoscópicas (para evitar la torsión gástrica en perros grandes y gigantes), pero cualquier cirugía es susceptible de ser realizada de manera menos invasiva (cálculos en vejiga, extirpación de vesícula biliar, adrenalectomía, pericardiectomías y muchas más).