Una vez que establecemos un diagnóstico inicial o una sospecha clínica, y en base a los datos disponibles, se realiza una aproximación sistemática para lograr el diagnóstico definitivo. En muchos casos, será necesario obtener muestras de sangre, realizar radiografías, ecografías o bien derivar al animal a otras especialidades dentro de la medicina interna como son:
- La endocrinología, que estudia las alteraciones y enfermedades relativas a las glándulas de secreción interna, como las gandulas tiroides o las suprarrenales, el páncreas, la pituitaria etc. También las responsables de enfermedades como la diabetes, el hipotiroidismo o el hiperadrenocorticismo o síndrome de Cushing.
- La gastroenterología, que se ocupa de las funciones y la salud del aparato digestivo. Este sistema está formado por el esófago, estomago, intestino, páncreas e hígado y es muy propenso a sufrir enfermedades, como refleja la numerosa presencia de mascotas con vómitos, diarreas crónicas o adelgazamientos injustificados. Estos problemas, pueden estar debidos a enfermedades inflamatorias intestinales o gástricas, a la presencia de tumores o cuerpos extraños, o bien a úlceras, fenómenos alérgicos o de hipersensibilidad alimentaria,
- La nefrología es el área que se ocupa de la función renal, diagnosticando y tratando enfermedades como la insuficiencia renal aguda y crónica o de aquellas alteraciones que afectan a los riñones en general, como fenómenos infecciosos, inflamatorios o neoplásicos.
- La urología está íntimamente relacionada con la nefrología, pero se ocupa de las vías de eliminación de la orina como los uréteres, la vejiga de la orina, uretra y próstata en los machos.
- La neumología: es el estudio de las vías respiratorias altas incluyendo nariz, nasofaringe, laringe y tráquea, y el tracto respiratorio inferior, como los bronquios y los pulmones.