Es una técnica muy útil para obtener un diagnóstico lo más exacto posible de ciertas retinopatías y afecciones coroideas. Consiste en inyectar un contraste intravenoso (fluoresceína al 10%) en forma de bolo y fotografiar el fondo de ojo en diferentes tiempos para estudiar la morfología de arterias y venas. Mediante filtros de color es posible resaltar determinadas estructuras para el diagnóstico de diferentes patologías.