El campo magnético pulsado de baja frecuencia influye positivamente en las reacciones bioquímicas y biofísicas de las células, mejorando la permeabilidad de las membranas celulares. El resultado de este procedimiento es un mejor aporte de oxígeno y otras sustancias beneficiosas a las células, así como estimulación del metabolismo. Adicionalmente, estos campos magnéticos interfieren en la transmisión nerviosa de terminaciones nerviosas pequeñas desmielinizadas, como las que trasmiten dolor, y acelera el intercambio de iones de las células de áreas dañadas, lo que mejora su captación de oxígeno. Esta terapia también parece aumentar el riego sanguíneo local y la liberación de endorfinas, y aporta un efecto antiinflamatorio.
Generalmente su aplicación es a través de una manta que crea el campo electromagnético que se genera de forma pulsada. El tiempo de tratamiento varía entre 20 y 40 minutos aproximadamente y la duración de su efecto está estimado en unas 6 horas.