El láser terapéutico lleva varios años de trayectoria como terapia física en la rehabilitación veterinaria. Existen diferentes clases de láser terapéutico entre los que se encuentran los de clase 3b y los de última generación, los de clase 4, que son los más utilizados en rehabilitación. El láser es una fuente de energía en forma de fotones, generalmente medida en J/cm2, y con una longitud de onda en torno a 850 nm. Esta terapia tiene efectos positivos a nivel celular, tales como producción de ATP y oxígeno, síntesis de colágeno, producción de factores de crecimiento o cambios en la permeabilidad de la membrana celular. También mejora el aporte sanguíneo en la zona gracias a su efecto vasodilatador y angiogénico, reduce el dolor (por producción de opiáceos endógenos y cambios en la velocidad de conducción nerviosa) y favorece la regeneración de tejidos.
Las sesiones pueden ser diarias inicialmente o 3 veces por semana, para ir disminuyendo en frecuencia conforme se vayan observando los beneficios clínicos, hasta alcanzar una frecuencia de mantenimiento.